lunes, 8 de octubre de 2018

UN COMBATIENTE NO PUEDE PERDER LA SONRISA


Dios espera, de cada uno de nosotros, los frutos de la conversión. Un combatiente necesita producir muchos frutos, incluso ante una batalla. Basta recordar el pasaje de la higuera: todos esperaban un fruto de ella. Incluso fuera de temporada es normal encontrar frutos en la higuera. Jesús pasa hoy entre nosotros y espera encontrar frutos. Delante de la  batalla de la vida cotidiana, Jesús quiere encontrar el fruto de la alegría. La alegría de pertenecer a Él.Jesús ha sembrado en nosotros la semilla del Reino de Dios: una de ellas es la alegría. Él la regó con Su Sangre y dejó que brotasen dentro de nosotros. Ahora, llegó el tiempo en que Jesús coseche los frutos. Él volverá para eso. Es justo que Él encuentre frutos en nosotros. Un combatiente no puede perder la sonrisa en medio del dolor de la batalla.Del mismo modo que no podemos perder el coraje, la fe y el amor, no podemos perder la alegría: Es un fruto del Espíritu Santo. Desgraciadamente, nos dejamos llevar por las molestias del día a día, y terminamos no presentando, ante el Señor, los frutos que Él tiene el derecho de encontrar en nosotros.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib 
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original al portugués


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