Escuchad, pastores, las trompetas… La Palabra se ha hecho carne, Dios se ha manifestado al mundo! Y vosotras, hijas de reyes, entrad en el gozo de la Madre de Dios (cf Sal 44) Pueblos todos, decid: Bendito eres tú, nuestro Dios, nacido hoy, gloria a ti!
La Virgen que no tenía relación con ningún hombre (Lc 1,34) ha engendrado la alegría, la tristeza ancestral ya no existe. Hoy ha nacido el Increado, aquel que el mundo no puede abarcar . Hoy, la alegría se ha manifestado a los homb res; hoy el error ha sido echado fuera. Pueblos, digamos: “Bendito eres tú, nuestro Dios, recién nacido, gloria a ti.!”
Pastores…, cantad al Señor que nace en Belén…, aquel que rescata el mundo. La maldición sobre Eva ha sido revocada, gracias a aquel que ha nacido de la Virgen…. “Batid palmas, aclamad con entusiasmo!” (Sal 46) Hagamos un coro con los ángeles. El Señor ha nacido de la Virgen María para “sostener a los que caen y levantar a los que desfallecen.” (Sal 144,14), los que gritan con gozo: “Bendito eres tú, nuestro Dios, recién nacido, gloria ti!”
El autor de la Ley se ha encarnado bajo la Ley (Gal 4,4) el Hijo eterno ha nacido de la Virgen, el Creador del universo está recostado en un pesebre. Aquel a quien el Padre engendra sin principio, sin madre en el cielo, ha nacido de la Virgen, sin padre en la tierra. Pueblos, digamos: “Bendito eres tú, nuestro Dios, recién nacido, gloria ti!”
En verdad, la alegría viene del nacimiento en el establo. Hoy los coros angélicos se alegran; todas las naciones celebran a la Virgen inmaculada; nuestro padre Adán se regocija porque hoy ha nacido del Salvador. Pueblos, digamos: “Bendito eres tú, nuestro Dios, recién nacido, gloria ti!”
San Román, el Melódico
Himno:
Himno 13, La Natividad del Señor: SC 110, 143ss.
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