Recoge el día.
Trae al corazón lo vivido y agradécelo.
Detén tu atención en aquellos momentos que han sido novedad, que te han traído nueva luz, nuevo entendimiento, encuentros y personas que han significado una nueva esperanza, una manera diferente de sentir y nuevos deseos.
¿Qué noticia de Dios traen para ti? Apunta lo que descubras. ¿Qué deseas renovar en adelante?
Concreta un propósito.
Pide ayuda para un nuevo día.
Ave María.
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