Es el Espíritu Santo quien organiza las cosas dentro de nosotros
En la adoración, Dios es quien inicia el diálogo con nosotros, porque el primer deseo de estar con cada uno de nosotros es un deseo que nace en Su corazón. Y nuestra actitud debe ser pedir al Espíritu Santo y abrir el corazón para que Él nos enseñe a hablar con Dios. Es Él quien nos inspira a decir palabras de gratitud al Señor. Es Él quien nos hace tomar conciencia del bien que el Señor hace por cada uno de nosotros. Él es quien nos convence del amor de Dios por nosotros.
Cuando nos acercamos al Señor con un corazón sincero, el Espíritu Santo ordena las cosas dentro de nosotros, porque nuestro corazón, la mayoría de la veces, está ocupado con muchos sentimientos confusos. Se encuentra perdido, de tal manera que, sin la intervención del Espíritu (que viene a ordenar y aquietar nuestro ser) es imposible agradar a Dios. Sólo entonces podremos llegar a ser libres, volviéndonos a Dios para amarlo.
Cuando me dispongo a tener una vida de adoración, Dios me va transformando y no permite que continúe siendo la misma persona. En cada encuentro con Él, el Espíritu quita el velo de la persona amada que ya soy en el corazón de Dios. ¡Así, la sanación sucede!
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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