lunes, 24 de diciembre de 2018

LA PAZ ESTÁ ENRAIZADA EN LA FE


La pacificación de Cristo es absoluta: es obra de un Dios y no de un hombre. Siendo Él el Hijo Único de Dios es, también, el Único Artífice de la Paz.
La paz verdadera que todos necesitamos, sólo puede venir de Jesús!
Nada nos puede llevar con mayor seguridad a la paz que la entrega total de nosotros mismos a la voluntad de Dios.
La paz está enraizada en la fe, alimentada por la esperanza y perfeccionada en la caridad. Ella no es propiamente una conquista nuestra, sino, ante todo, un don que Dios concede a todos aquellos que muestran disposición interior para recibirlo.
La paz deriva de la Santísima Trinidad que habita en el centro de nuestras almas. Cuando comprendemos que Dios puso Su morada en nosotros, que habita en nuestro Espíritu, sentimos una seguridad que el mundo no puede darnos, tampoco destruirla.
Es necesario ese abandono total de nuestra vida en las manos de Dios, para que podamos gozar de esa gran gracia: la paz interior. 
Señor, haz de nosotros instrumentos de tu paz.

Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués


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