Ha terminado este año y quiero darte gracias por todo aquello que recibí de Ti. Gracias por la vida y el amor, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Y para el nuevo año detengo mi vida ante el calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo Tú sabes si llegaré a vivirlos.
Me sigo ofreciendo a Ti por la intención de Francisco con mis hermanos de la Red Mundial de Oración.
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