Nuestro trabajo no puede ser excusa para que no recemos
La Regla Benedictina forma monjes y cristianos por medio del seguimiento de las enseñanzas de Jesús y de la práctica de los mandamientos y consejos evangélicos, principalmente con la máxima Ora et labora (Oración y trabajo). San Benito se acercó a la oración y al trabajo sin que uno robase el tiempo y la calidad del otro. Nosotros que vivimos actualmente en este tiempo de inmensa agitación, en el cual se trabaja mucho y casi no hay tiempo para oración, este principio de la ‘Oración y Trabajo’ se convierte en un manual de supervivencia para nosotros, los cristianos.
Nuestro trabajo no puede ser excusa para que no recemos, así como nuestra vida de oración no puede ser un obstáculo para nuestra vida profesional. Es completamente posible que nosotros, aún teniendo que trabajar mucho, también podamos conciliar nuestra vida de oración, para que no recemos menos.
Muchos hoy acaban viviendo estas dos realidades de forma desigual, exagerando en una parte y faltando en la otra. Además, aprendemos con San Benito que es posible conciliar oración y trabajo. Así como una moneda tiene siempre dos lados, nuestra vida debe estar marcada por estas dos realidades: oración y trabajo. Hablo, aquí, desde los trabajos en el hogar hasta la vida profesional en la sociedad, de la oración personal hasta su activa participación en su parroquia. Así como no existe moneda que tenga solo un lado, no podemos ser cristianos que solo rezan o trabajan. Podemos, dentro de nuestras realidades, desde las más sencillas incluso las más exigentes, conciliar las dos actividades.
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
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