¡Buen día, Espíritu Santo!
Sé que Contigo todo se va a encaminar,
sé que Contigo todo se orienta,
por eso vuelvo mi corazón a Vos en la mañana y clamo Tu Presencia:
¡Ven a visitarme! ¡Ven a llenarme de Ti!
La noche cedió ante la Luz,
¡que así suceda dentro de mi!
Dame la gracia de encontrar motivos para recomenzar.
Recomenzar el caminar,
reanudar la marcha,
volver a la Casa del Padre.
Dame la gracia de establecer con los otros,
con los míos, con los que no me aceptan ni me quieren,
puentes y no quebradas.
Te entrego mi corazón,
las cosas no resueltas que guardo en él.
Dame discernimiento para descubrir aquello que me vuelve esclavo,
Dame el vivir afectivamente libre,
para amar más, para amar mejor,
y Sorprendeme, del modo que quieras,
en el tiempo que quieras.
Sorpréndeme y dame la gracia de identificar en mi
aquello que puede ser mejor, más bonito, justo y verdadero.
¡Amén!
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