jueves, 5 de marzo de 2015

La música como forma de contemplación

La contemplación es la expresión más simple del misterio de la oración

Nuestro ministerio de música tiene la misión de llevar a los hijos de Dios al encuentro con El para que hagan una experiencia personal con Su amor y con Su persona. Si, con su Persona, porque la Santísima Trinidad es formada por tres Personas en un solo Dios y cada una tiene un papel particular. Somos llamados a tener intimidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y a llevar a nuestros hermanos a esa intimidad. Dios no es una energía o una fuerza. Dios es nuestro Padre, nuestro Salvador y nuestro Santificador.

Una de las formas para que crezcamos espiritualmente y para que adquiramos intimidad con el Señor se da por la oración, la cual posee tres expresiones principales, según vemos en el número 2699 del Catecismo de la Iglesia Católica: “[…] la tradición cristiana conservó tres expresiones principales de la vida de oración: la oración vocal, la meditación y la contemplación”

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¿Qué es la oración de contemplación?
Vamos una vez más a la fuente segura del Catecismo de la Iglesia Católica, a fin de descubrir más y más la riqueza de nuestra doctrina, en el número 2713 está escrito que la contemplación es la expresión más simple del misterio de la oración. Es un don, una gracia, sólo puede ser acogida en la humildad y en la pobreza. Es una relación de alianza establecida por Dios en el fondo de nuestro ser. La contemplación es comunión: en ella la Santísima Trinidad conforma el hombre, imagen de Dios “a su semejanza”.

“Somos llamados a tener intimidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y a llevar a nuestros hermanos a esa intimidad”

Por lo tanto, si la oración de contemplación es un don, una gracia, y nos conforma a la imagen y semejanza con la Trinidad Santa, para que nuestra música lleve a los hermanos al acogimiento de este don, ella necesita ser fruto de la gracia de Dios en nosotros. Necesita ser más que una canción bonita, con buenos arreglos o bien cantada. Necesita ir más allá del sentimiento o de las emociones. Necesita salir del Corazón de Dios y tener la fuerza transformadora del Espíritu Santo.

Y ¿cómo componer o ejecutar una canción así? No hay otra forma sino, siendo poseídos por el Espíritu Santo de Dios, de modo que transbordemos en los acordes y en la melodía nuestra relación de intimidad con El. Y eso no se improvisa, no se logra de la noche para el día, sino que se adquiere por gracia de Dios y esfuerzo, aliado a la disciplina diaria.

Un ministro de música que no quiere transformar ni quiere empobrecer su ministerio de música, transformándolo en un entretenimiento, debe celar por todo eso y buscar su vida de oración e intimidad con Dios.

De la misma forma que somos disciplinados para ensayar, al aprender nuevas canciones y al estudiar la técnica de nuestros instrumentos, necesitamos despertar y decidirnos por la vida de oración y consecuente intimidad con Dios.

Estamos en la Cuaresma. En vez de prometer no comer chocolate o no tomar gaseosa durante 40 días, promete al Señor y pide la gracia de vivirlo, ser fiel cada día, estar a solas con El durante todo el periodo cuaresmal. Y al finalizar este tiempo, no solo resucitarás, sino que llevarás a varios hermanos, que esperan y dependen de su ministerio, a la vida nueva en el Resucitado.

Un abrazo
Luiz Carvalho
Ministro de música y fundador de la Comunidad Recado
fuente Portal Canción Nueva en español

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