Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,1-12):EN aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
En el camino del cristiano la verdad no se negocia, pero hay que ser justos en la misericordia, como nos ha enseñado Jesús. Es lo que ha afirmado el Papa en la Misa matutina de esta mañana en la Casa Santa Marta, advirtiendo de la hipocresía y del engaño de una fe reducida a la “lógica casuística”.
“¿Es lícito repudiar a la propia mujer?”.Es la pregunta que plantean los doctores de la Ley en el evangelio de Marcos de hoy, estos siguen a Jesús durante la predicación en Judea.
Jesús no cede a la lógica casuística explicando siempre la verdad
Lo hacen para ponerle otra vez a prueba, observa Francisco que, de la respuesta de Jesús, toma nota para explicar qué es lo más importante en la fe:
“Jesús no responde si es lícito o no, no entra en la lógica casuística. Porque ellos pensaban solo en la fe en términos de “se puede” o “no se puede”. Es la lógica de la casuística: Jesús no entra en este discurso. Y les hace un pregunta: ‘¿Qué ordenó Moisés? ¿Qué dice la Ley?’. Y ellos le explican el permiso que ha dado Moisés para repudiar a la mujer, son ellos los que caen en su propia trampa. Porque Jesús les llama ‘duros de corazón’: ‘Por la dureza de vuestro corazón él escribe para vosotros esta norma’. Y dice la verdad. Sin casuística. Sin premisas: La verdad”.
“Jesús dice siempre la verdad”, “explica las cosas como han sido creadas”,destaca de nuevo el Papa, la verdad de las Escrituras, de la Ley de Moises. Y lo hace también cuando le preguntan sus discípulos aparte. Les repite:“Quien repudia a la propia mujer y se casa con otra, comete adulterio y si es ella a la que le ha repudiado el marido y se casa con otro, comete adulterio”.
La lógica de la casuística es hipócrita y engañosa
Pero si la verdad es esta y el adulterio es “grave”, ¿cómo explicar entonces, pregunta el Papa que “Jesús haya hablado tantas veces con una adúltera”, “pagana”? Ha bebido de su vaso que no estaba purificado…” y al final le dijo: “yo no te condeno. No peques más”. ¿Cómo es posible esto?
“El camino de Jesús, se ve claro, es el camino de la casuística hacia la verdad y la misericordia. Jesús deja fuera la casuística. A los que querían ponerle a prueba, a los que pensaban con esta lógica del ‘se puede’, los llama, no aquí sino en otra cita del Evangelio: ‘hipócritas’. También con el cuarto mandamiento, estos se negaban a asistir a los padres con la excusa de que tenían que hacer una buena ofrenda en el Templo. ‘Hipócritas. La casuística es hipócrita. Es un pensamiento hipócrita’. Se puede o no se puede, al final esto resulta diabólico, más sutil… ¿hasta dónde puedo? Hasta aquí pero más no… es el engaño de la casuística”.
De la casuística a verdad de la misericordia: este es el camino cristiano
El camino del cristiano no cede a la lógica de la casuística, sino que responde con la verdad, que se acompaña del ejemplo de Jesús, la misericordia, “porque Él es la encarnación de la Misericordia del Padre, y no puede negarse a sí mismo. No se puede negar a sí mismo porque es la Verdad del Padre, y no puede negarse a sí mismo porque es la Misericordia del Padre”. Este es el camino que Jesús nos enseña, difícil de aplicar, destaca el Papa, ante las tentaciones de la vida.
Justicia y misericordia, camino difícil que nos hace felices
“Cuando la tentación te toca el corazón, este camino de salir de la casuística hacia la verdad y la misericordia no es fácil: se necesita la gracia de Dios para que nos ayude y podamos seguir adelante. Debemos pedirla siempre. ‘Señor, que yo sea justo, pero justo con misericordia’. No justo cubierto por la casuística. Justo en la misericordia. Después uno con mentalidad casuística puede preguntar: ‘¿qué es más importante, en Dios?¿Justicia o misericordia?’. También es un pensamiento enfermo, que trata de salir… ¿Qué es más importante? No son dos: es uno solo, una sola cosa. En Dios, justicia es misericordia y misericordia es justicia. Que el Señor nos ayude a entender este camino que no es fácil, pero que nos hará felices a nosotros y a los que nos rodean”.
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