Existe una gran mayoría que
cree en las coincidencias, pero la vida me fue mostrando que nada es por
coincidencia, que no cae de nosotros un solo cabello sin que Dios lo sepa.
No tengo dudas que estas
líneas, este libro, es para ti. Puede haber llegado a tus manos de muchas
maneras: te lo han prestado, ganado, lo has hallado en algún lugar o tal vez lo
has adquirido. Pero una cosa es cierta: fue el propio Jesús quien lo colocó en
tus manos, porque te ama y se interesa por ti.
Existen algunas cosas que
Dios quiere que sepas. El te ha visto ocupado, con la cabeza llena. También te
ha visto algunas veces triste y cansado. Pero, Dios quiere hablarte.
Las cosas pueden ser diferentes.
Puede ser que muchas veces
hayas tenido dificultades en escucharlo y por eso acabaste creyendo que El no
oye tus oraciones. El Señor tiene cosas por decirte, tiene preguntas por
responderte. El también quiere escucharte.
Si quieres que Dios te
oiga, entonces procura primero escucharlo. El Señor quiere hacer mucho más de
lo que oyes: el te quiere dar una prueba de lo que El puede hacer en tu favor,
quiere abastecerte con Su gracia.
Debes estar preparado! Porque
Dios tiene para vos mucho más de lo que imaginas. Y antes de terminar estas
páginas habrás hecho una experiencia que superará tus expectativas. Deja que Él
te lo muestre!
No se trata de aprender
cosas, sino de hacer una experiencia.
Vas a experimentar a Dios!
De una manera diferente,
mucho más concreta, vas a tocar al Señor. Experimentarás lo que muchos llaman el
poder de Dios y que yo llamo “Amor misericordioso del Señor que actúa salvando
y curando” a todos lo que de El necesitan.
Dios puede todo! Es El
quien vendrá a tu encuentro.
Lo que digo, no lo digo
por mi mismo.
Fue el propio Señor quien
me aseguró: “Yo les daré un corazón nuevo… un espíritu nuevo”. Dios está
dispuesto a hacer eso hoy.
Tengo la certeza de que El
no fallará contigo. Creo que tu vida jamás será la misma después de haberlo
dejado tocar tu corazón. No te preocupes. Verás con tus propios ojos como Jesús
tiene poder para liberarte de toda tristeza, de todo sentimiento de vacío y de
devolverte el sentido de la vida de los que lo buscan con fe. Yo mismo
experimente y he visto eso realizarse en mi vida y en la de tantas personas.
Una vida completamente diferente, más rica y más feliz. Es lo que Él espera, es
lo que Dios tiene para ti.
DIOS NO DESISTIÓ DE TI
Había un hombre muy rico
que poseía muchos bienes: una gran hacienda, mucho ganado, varios empleados.
Tenía un único hijo que, al contrario de su padre, no le gustaba el trabajo ni
los compromisos. Lo que más le agradaba eran las fiestas, estar con sus amigos
y ser adulado por ellos.
Su padre siempre le
advertía que sus amigos sólo estarían a su lado mientras el tuviese algo para
ofrecerles, luego lo abandonarían. Los insistentes consejos del padre resonaban
en sus oídos, pero luego se ausentaban, se perdían sin prestarle la más mínima
atención.
Un día, el anciano padre,
dijo a sus empleados que construyesen un pequeño granero donde el mismo hizo
una horca. Junto a ella colocó una placa con la siguiente inscripción: “Para
que nunca más desprecies las palabras de tu padre”.
Más tarde llamó a su hijo,
lo llevó hasta el granero y le dijo:
-Hijo mío, ya estoy viejo!
Cuando yo abandone este mundo tomarás el control de todo lo que es mío y yo
bien sé cual será tu futuro. Vas a dejar la hacienda en manos de los empleados
e irás a gastar todo el dinero con tus amigos, venderás los animales y los
bienes para tu sustento y, cuando no tengas más dinero, tus amigos se apartarán.
Cuando no tengas más nada, te arrepentirás amargamente de no haber prestado
oídos a mis palabras. Es por eso que construí esta horca. Sí! Ella es para ti.
Quiero que me prometas que, si acontece lo que te estoy diciendo, te ahorcarás
en ella.
El joven se rió, lo
encontró absurdo, pero para no contrariar a su padre prometió que lo haría
pensando que eso jamás podría ocurrir.
El tiempo pasó, el padre
murió, y su hijo tomo posesión de todas las cosas, y como se había previsto, el
joven gastó todo, vendió los bienes, perdió los amigos y la propia dignidad.
Desesperado y afligido
comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto, recordó a su
padre y comenzó a llorar diciendo:
-Ah padre mío. Si hubiese
oído tus consejos, pero ahora es tarde, es tarde por demás.
Con pesar, el joven
levantó los ojos y a lo lejos divisó el pequeño granero, era la única cosa que
le quedaba.
Con pasos lentos se
dirigió hasta allá. Entrando vio la horca preparada por su padre, y la placa
colgada y dijo:
-Yo nunca seguí las palabras
de mi padre, no pude alegrarlo cuando estaba vivo, pero por lo menos esta vez
voy a hacer la voluntad de el, voy a cumplir mi promesa; no me queda más nada.
Entonces subió unos
escalones, colocó la cuerda en su cuello y dijo:
-Ah! Si por lo menos tuviese
una nueva oportunidad…
Y saltó. Sintió por un
instante la cuerda apretar su garganta, pero el brazo de la horca era débil y
se quebró fácilmente la madera. El joven cayó en el suelo, y sobre él cayeron
joyas, esmeraldas, perlas, diamantes; la horca estaba llena de piedras
preciosas y un billete que decía: “Esta es tu nueva oportunidad. Te amo mucho!
Tu padre”.
Dios jamás desistirá de
ti.
Aunque tu vida haya tocado
fondo, tu no precisas de una horca para resolver el problema, porque el Señor
está a tu lado.
Si un padre, después de
haber vivido tantas decepciones y de haber visto como sus bienes eran derrochados,
es capaz de dar una nueva oportunidad a su hijo, cuánto más Dios…
El va a darte una vida
enteramente nueva si así lo deseas. Quien se aparta de Dios camina hacia la
desesperación, pero quien lo acoge no será tocado por la desgracia.
Dios ya agotó las joyerías
del Cielo para decirte que te ama y te perdona! Ésta es tu nueva oportunidad.
La única cosa que precisas
hacer es aceptarlo.
Algunos dicen que es una
locura confiar en Dios, Pero, ¿no es una locura mayor confiar en sí mismos o en
los demás hombres? El Señor espera que confíes en Él. El águila, cuanto más
alto vuela, más cerca queda del sol. De la misma manera, el alma, cuanto más
confía, más unida a Dios está.
Abre tu corazón y déjalo actuar!
Veras al Señor sustituir por amor, todos Sus dones y
Su gracia por todas y cada una de las piedras y espinas que hirieron tu corazón
y te hacían sentir infeliz.
Del libro “Venciendo Aflicciones. Alcanzando milagros”. Ed. Canção Nova
Adaptación del original en portugués.
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