domingo, 12 de febrero de 2017

Meditación: Mateo 5, 17-37


VI Domingo del Tiempo Ordinario

Dios le dio a su pueblo la Ley y claras normas de conducta para protegerlos del pecado y para que ellos llevaran una vida recta, a fin de vivir en paz y ser felices. Por esta razón, Jesús les explica, amplía y comenta los mandamientos de Dios, particularmente los relacionados con las relaciones conyugales y familiares.

Hoy se celebra el “Día Mundial del Matrimonio” patrocinado por el Encuentro Matrimonial Mundial. El matrimonio es uno de los siete sacramentos de la Iglesia y la base fundamental de la familia cristiana. Es precisamente en el matrimonio donde se pueden practicar en forma admirable los mandamientos de Dios, especialmente los de no mentir, no levantar falso testimonio, no jurar en vano, no robar, no desear la mujer ni los bienes del prójimo, no fornicar y no adulterar.

La vida matrimonial es el ámbito en el cual se da la procreación, es decir, la cooperación del ser humano con la sublime obra creadora de Dios, pero también donde el hombre coopera con Cristo en la obra de la redención, ya que al entregarse los esposos el uno al otro sin condición ni reserva, cada uno lo hace para llevar a su cónyuge y a sus hijos a la santidad y a la salvación. Al menos, así debe ser.

¿Cómo pueden cumplir estos nobles propósitos los matrimonios de hoy? El Espíritu Santo, que actúa íntimamente en el corazón del marido y la mujer, los lleva a comprender el verdadero sentido de la Ley de Dios y los capacita para ponerla por obra, porque el Señor ilumina la mente y el corazón de sus fieles para que sepamos apreciar y obedecer los mandamientos de Dios.

Sin una entrega cabal a Jesucristo es difícil cumplir la ley, porque se necesita la gracia que transforma el corazón y enseña a los esposos a amarse sin reservas. Es indispensable, pues, que las parejas casadas sacramentalmente se consagren constantemente a Cristo, para ser felices y amarse de verdad.
“Señor Jesucristo, ilumina nuestra mente para que vivamos de un modo grato a tus ojos y bendice, te rogamos, nuestra vida matrimonial para que seamos felices y cumplamos tu voluntad.”
Eclesiástico 15, 15-20
Salmo 119(118), 1-2. 4-5. 17-18. 33-34
1 Corintios 2, 6-10

fuente: Devocionario católico la palabra con nosotros

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