PACIENCIA
Con Jesús por la mañana.
Hay un tiempo para cada cosa. Sé paciente. Cuando una puerta se cierra, se abren otras. Si experimentas una pérdida o sientes que tus proyectos, sueños o anhelos tardan en concretarse, no desesperes porque Dios no se ha olvidado de ti, sólo está preparando y abonando la tierra en tu interior para responder a tus deseos. Nada acontece fuera de la providencia de Dios, y si abrimos el corazón y la mente, podremos descubrir el bien que brota en medio del desconcierto de lo que te parece ahora un mal. No te dejes vencer por la superficialidad de los hechos. Pide a Dios fortaleza en tu fe y esperanza para no desfallecer. Ofrece tu día por las intenciones del Papa. Hoy, no juzgues a las personas, ni a los hechos, por la apariencia.
Con Jesús por la tarde.
«El que les dé a beber un vaso de agua, por ser discípulo mío, ... no se quedará sin recompensa» (Mc 9,41-50). Haz un alto en el camino, ¿a quién das generosamente de 'tu agua'? ¿Qué te motiva a hacerlo? Repite al ritmo de tu respiración: "Jesús, lo que hago, quiero hacerlo por ti"
Con Jesús por la noche.
Detente. Tómate un momento y sé consciente de lo que has vivido hoy. ¿Qué te llena de alegría? ¿Qué te hace perder la paz? ¿Dónde tienes puesto tu corazón? No se puede sentir plenitud interior si no sabemos hacia dónde va nuestra vida.
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