«Todo tiene su tiempo, y cada cosa su momento bajo el cielo» (Ecl 3, 1). No te apresures, no tengas prisa, no desesperes si otros avanzan más rápido. Aprende a saborear lo que logras, a disfrutar de tus conquistas. Sólo así disfrutarás de la vida. Vive el andar, disfruta el camino, porque cada momento tiene un sabor especial. Comparte tu tiempo con aquellos que necesitan de ti, especialmente con los pobres y marginados. ¡Haz hoy gestos de caridad con los que más necesitan! Recuerda que lo que satisface al corazón es la vida compartida con otros. Quizás haya alguien cerca de ti que necesita de tu compañía. Disfruta de ser bueno con los demás. Ofrece tu día por las intenciones de este mes.
Con Jesús por la tarde.
«Jesús se dio cuenta y les dijo: ¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden?...Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?» (Mc 8,14-21). ¿Cuál es tu preocupación en este día? Ejercita la memoria de los beneficios recibidos y deja resonar en tu corazón: "Que yo te vea, que yo te escuche, Señor". Renueva tu propósito de la jornada.
Con Jesús por la noche.
Vivir en la verdad. ¿Qué experiencias te enriquecen como persona? ¿Qué situaciones te alejan de los demás, de Dios y de ti mismo? ¿Qué has aprendido hoy? Recuerda: la mejor inversión que podemos hacer es vivir en la verdad porque eso nos hacer realmente libres.
fuente El Evangelio en casa
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