Con Jesús por la mañana.
“Jesús le increpó: ¡Calla y sal de él!” (Mc 1, 21-28). Es necesario firmeza y asertividad para cuidar el amor que nos habita y nuestras relaciones sanas. Con la tentación no se dialoga, dice un sabio consejo espiritual, por eso es importante darnos cuenta cuándo es necesario soltar y desprendernos decididamente de lo que nos daña, sin volver atrás. A veces las tristezas y las desolaciones en que caemos son el fruto de nuestros pensamientos oscuros y nuestros enredos internos. Corta por lo sano y suelta lo que te daña. Ofrece lo de hoy por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
El ciclo del amor. “Cuando vivimos la mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien, ampliamos nuestro interior para recibir los más hermosos regalos del Señor. Cada vez que nos encontramos con un ser humano en el amor, quedamos capacitados para descubrir algo nuevo de Dios” (Papa Francisco). El Amor de Dios llega a ti en tus hermanos y en lo que vives. Recibe el Amor de Dios viviendo tu presente, aquí y ahora, así, plenamente. Actualiza el propósito de la mañana.
Con Jesús por la noche.
Aprender de la experiencia. El Señor te invita a descubrirlo en tu vida. Tómate unos momentos para repasar tu semana y recoger las experiencias más significativas. ¿Qué recuerdos vienen a ti? ¿Qué sentimientos despiertan? Apunta los recuerdos más significativos. ¿Qué aprendizaje te dejan? Conversa con tu Padre de lo vivido y pide ayuda para iniciar una nueva semana.
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