Muchos sufrimientos provienen de la decepción. Esperábamos algo que, según creíamos, nos aportaría una cierta felicidad, y ésta nunca llegó. Sólo vemos lo negativo que hemos recibido: una enfermedad, un niño deficiente. Entonces surgen la ira y la rebeldía. La sabiduría humana es el retorno a la tierra. No encerrarse en un ideal que hay que alcanzar sino aceptar la realidad tal y como es. Descubrir la sabiduría y la presencia de Dios en lo real. No luchar contra la realidad sino negociar con ella. Descubrir la semilla de la vida, las posibilidades ocultas en la realidad. (...) Es preciso que la esperanza se enraice en la acogida del presente. En esto radica la sabiduría budista, pero también la cristiana. Descubrir el mensaje de Dios en el instante presente, ser amigo del tiempo y de la realidad.
Jean Vanier , Cada persona es una historia sagrada, P 161
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