Los ángeles nos acompañan cuando estamos en la iglesia y ayudan al sacerdote para evitar profanaciones de la Eucaristía por descuido.
El padre Alessio Parente relata:
Una mañana, al dar la comunión, se terminaron las hostias de mi copón. Cuando lo estaba purificando, del lado derecho de mi espalda, vi una hostia que, como una flecha, fue a meterse en el copón.
Después de las confesiones, fui a la celda del padre Pío y le conté el hecho. Y el padre, en tono severo, me dijo: “Agradece a tu ángel custodio que no te ha hecho caer a tierra a Jesús. Aprende que la comunión se distribuye con amor y reverencia”.
Otro día un religioso le presentó esta cuestión al padre Pío:
Padre, nuestros ojos no ven bien los pequeños fragmentos de hostia consagrada que se caen al distribuir la comunión.
El padre respondió: “¿Qué crees que hacen los ángeles en torno al altar?”.
Todos entendieron que los ángeles están listos para intervenir y recoger los pedacitos y llevarlos al copón.
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