domingo, 2 de diciembre de 2018

Meditación: Jeremías 33, 14-16

Se acercan los días, dice el Señor…
Jeremías 33, 14


A menudo hablamos del “relato de la Navidad”, como si fuera una sola narración; pero en realidad, son varias historias individuales, cada una de las cuales nos dice algo singular acerca del Niño Jesús. El relato de la Anunciación nos habla de la docilidad con que María aceptó la voluntad de Dios. El episodio de Zacarías e Isabel nos cuenta cómo fue anunciado el nacimiento de Juan el Bautista, el precursor de Cristo. Los relatos de los pastores y los reyes magos nos enseñan que Jesús es alguien a quien vale la pena buscar con devoción.

Pero hay otra historia más a la que no damos mucha atención. Es el caso del posadero que no tuvo lugar para María y José y ellos tuvieron que refugiarse en el establo. Pensemos qué habría pasado si este hombre hubiera encontrado espacio para ellos: Su posada, y no el pesebre, sería causa de alegría y honor en todo el mundo, incluso seguramente habría una gran iglesia que marcara su ubicación, y miles de peregrinos que acudirían a ella año tras año.

Ahora, al comenzar el Adviento, no seamos como el posadero, que se perdió una extraordinaria oportunidad porque no supo hacer espacio para Jesús.

Muchos de nosotros nos reuniremos con familiares y amigos en esta Navidad. Todo el que haya organizado encuentros como éstos sabe que los preparativos requieren bastante tiempo y esfuerzo. ¿Por qué? Porque uno quiere ofrecer un ambiente agradable y acogedor, lo mejor que tenga; y aunque esto implique mucho trabajo, eso no importa ante la perspectiva de que todos nuestros seres queridos se reúnan.

Esta es la misma actitud que debemos tener hacia Jesús: Preparémonos con alegría y entusiasmo, aunque tengamos que trabajar o esforzarnos un poco. Aprovechemos las oportunidades que tengamos para rezar más, hacernos un examen de la vida que llevamos y tratar a los demás con más amor y bondad.

Dediquemos, pues, los próximos 23 días a disponernos a abrir el corazón lo más posible de modo que Jesús encuentre allí una morada digna y acogedora.
“Señor mío Jesucristo, ayúdame a dedicarte tiempo y atención durante todo este Adviento.”
Salmo 25(24), 4-5. 8-10. 14
1 Tesalonicenses 3, 12—4, 2
Lucas 21, 25-28. 34-36

fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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