Toma el día que termina. Agradece todo lo vivido en él y las personas que has encontrado. ¿En qué tareas, momentos o con qué personas sientes que te encuentras con Dios? ¿A través de qué manifestaciones descubres su Presencia? El mundo es lugar de revelación del Padre, una mística de ojos abiertos permite “contemplar” a Dios en las cosas del mundo. Haz una lista de aquellas cosas que te hablan de Dios y agradece por ellas.
Pide delicadeza para encontrar a Dios en el mundo.
Ave María...
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