Hoy, Dios nos llama a vivir el amor. Conocer es la base de todo. Es Él quien provoca el acogimiento, el que asume y cooperar en la realización de lo que cada uno es. Es necesario reconocer a cada persona. El acto de reconocerlas, trae la nota de una actitud activa, de un aplicarse en el reconocimiento de la realidad, la función y el desempeño de un miembro de su propio cuerpo. Hay aquí una doble dimensión: Es necesario, por parte de cada uno, el compromiso de darse, conocerse a sí mismos, a los otros y dejar que otros lo descubran.
No se trata de un conocimiento exterior, simplemente intelectual; es mucho más. Es el resultado de penetrar el uno en el otro, en los meandros de la propia vida. Tenemos la gran suerte de vivir juntos en familia, en comunidad. No podemos desperdiciar esta oportunidad única. Lo mismo sirve para las familias y las muchas comunidades en las que estamos insertos.
Es en el vivir juntos que nos conocemos y bajamos la guardia y nos dejamos conocer. No es cosa fácil. Nos causa incluso escalofríos. Pero, hay que vivir esa aventura que exige de nosotros un empeño personal, creciente, de ir levantando las barreras y dejarse conocer. Sólo se ama lo que se conoce. Sólo se conoce lo que se ama. Estoy pidiendo a Dios que tu corazón se abra para estar con aquellos que Él puso a tu lado.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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