Yo tengo la libertad de los hijos de Dios, pero no todo me conviene; ni todo conviene a un hijo de Dios. Todo me es permitido porque yo soy hijo, pero no me dejaré dominar por nada. (1 Cor. 6,12)Gracias a Dios, estás viendo, en esa palabra, lo que Dios hace por ti. Confirma una vez más: "Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.Y Dios que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder." (1 Cor 6,13-14).Cuando la palabra dice que nuestros cuerpos son miembros de Cristo no es una figura o una imagen. ¿Sus miembros no son los miembros de su cabeza? ¡Claro que lo son, porque quien comanda a sus miembros es su cabeza!Si mi cabeza no me mandase, si de mi cabeza no saliese un conjunto de nervios y de mi cerebro no saliesen los mandatos, no podría hacer nada, ni leer, ni hablar, etc., mis labios ni siquiera se moverían. Porque todo eso se hace por los mandos que vienen de nuestros cerebros. No estarías respirando, sin el mandato que viene de tu cerebro.Todos nuestros miembros son comandados por nuestra cabeza y nosotros somos miembros de esa cabeza. Jesús es nuestra cabeza y nosotros somos sus miembros. "Es que no saben que sus cuerpos son miembros de Cristo?" (1 Cor 6,15) Nuestros cuerpos, masculino y femenino, son miembros de Cristo.¡Observa lo que el Señor hizo contigo! Asume eso y vive la belleza de lo que Él hizo por ti. ¡Has sido rescatado! ¡Has sido rescatada! No pierdas lo que el Señor ha rescatado.No te olvides: "Todo te es permitido, pero no todo te conviene" (1 Cor 6,12).
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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