Cuanto más brote el amor verdadero de ti, tanto más neutralizará los efectos de la sensualidad. Tanto más él irá frenando la tendencia a una sexualidad desordenada. Tu masculinidad o feminidad seguirán existiendo, pero de una forma pura. Sin las mezclas de la maldad y la depravación. Tu sexualidad será una manifestación de amor. Entre marido y mujer la vida sexual será una manifestación del amor.
Dios quiso que nuestra sexualidad sea como una jeringa para inyectar amor de un cónyuge al otro. Además de todas las otras maneras de amor, Dios quiso, también, esa manera de amar: el acto conyugal entre marido y mujer. En ese acto uno inyecta amor en el otro: amor verdadero, amor de Dios, que es caridad.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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