«Ser luz del mundo» (cf. Mt 5,14)
Capítulo 67
Es posible que no sea capaz de fijar mi atención totalmente en Dios durante mi trabajo. Dios no me lo pide de ninguna manera. Con todo, yo puedo desear plenamente y procurar cumplir mi trabajo con Jesús y por Jesús. Hermosa tarea. Ésta es la que Dios quiere. Quiere que nuestra voluntad y nuestro deseo se dirijan a él, a nuestra familia, a nuestros hijos, a nuestros hermanos y a los pobres.
Cada uno de nosotros somos un instrumento pobre. Si observas la composición de un aparato eléctrico, encontrarás un ensamblaje de hilos grandes y pequeños, nuevos y gastados, caros y baratos. Si la corriente eléctrica no pasa a través de todo ello, no habrá luz. Estos hilos somos tú y yo. Dios es la corriente. Tenemos poder para dejar pasar la corriente a través de nosotros, dejarnos utilizar por Dios, dejar que se produzca luz en el mundo o bien rehusar ser instrumentos y dejar que las tinieblas se extiendan.
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