«Extendió su mano y quedó restablecida» (Mc 3,5)
El día del sábado nos obligaba a todos, sin excepción, a no realizar ningún trabajo y quedarnos en absoluta inactividad. ¿Cómo es que el Señor ha podido prescindir del sábado?. En verdad, grandes son las obras de Dios: gobierna cielos y tierra, provee de luz al sol y a los astros, hace crecer las plantas de la tierra, mantiene al hombre viviente. Sí, todo existe y permanece en el cielo y en la tierra gracias a la voluntad de Dios Padre. Todo viene de Dios y todo existe en el Hijo. El es el primogénito de todos y de todo. Por él todo ha sido creado (Col 1,16-18). Y de su plenitud, según la iniciativa de su eterno poder, ha creado todas las cosas.
De manera que si Cristo actúa en todo, necesariamente es porque en él actúa el poder del Padre. Por esto, Cristo dice: «Mi Padre no cesa nunca de trabajar; por eso yo trabajo también en todo tiempo.» (Jn 5,17) Porque todo lo que hace Cristo, Hijo de Dios habitado por el Padre, es obra del Padre. Así cada día todo es creado por el Hijo, porque el Padre todo lo hace a través del Hijo. Así pues, la acción de Cristo se realiza cada día, y según mi parecer, los principios de la vida, las formas de los cuerpos, el desarrollo y el crecimiento de todo ser viviente manifiestan esta actividad creadora.
Hilario de Poitiers
Sobre los Salmos: Cristo hace todo nuevo
«Extendió su mano y quedó restablecida» (Mc 3,5)
Tratado sobre el Salmo 91, 3: PL 9, 495
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