Meditación: Juan 13, 31-33. 34-35
que se amen los unos a los otros
como yo los he amado. (Juan 13, 35)
En la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21, 1-5), la Ciudad Santa, hay verdadera unidad y hermandad; nadie sufre abandono ni soledad; no hay barreras raciales, culturales ni nacionales que dividan a los redimidos de Dios.
El libro del Apocalipsis presenta una visión de lo que será esa vida plena, y aunque tal plenitud no será posible sino hasta la Segunda Venida del Señor, tenemos la esperanza de que en Cristo podemos experimentarla desde ahora. Jesús está en medio de nosotros y en nuestro ser mediante el Espíritu Santo. Con su presencia, podemos empezar a vislumbrar, si bien apenas, un “cielo nuevo y una tierra nueva” (Apocalipsis 21, 1) donde el amor es perfecto, y sabemos que, si nos esforzamos, podemos lograr, con la ayuda del Señor, que este tipo de amor comience a crecer ahora mismo.
El nuevo mandamiento es que nos amemos los unos a los otros. Pero solo podemos obedecer este mandamiento cuando estamos convencidos de que Cristo nos ama como el Padre lo ama él y porque Jesús nos enseña cómo hemos de amar. Y podemos amar así porque hemos recibido la nueva vida que se nos ha dado gracias a la muerte y la resurrección del Señor. En el Bautismo es cuando recibimos la vida de Jesús y la capacidad de amar.
Quizá nos preguntamos cómo podemos vivir este mandamiento en la práctica cuando la gente es hostil o poco amable con nosotros; cuando nos agobian el resentimiento, la amargura, el egoísmo o el odio. En tales ocasiones, hemos de pedirle al Señor que nos ayude a amar a los demás como él nos ama, que nos dé el mismo amor por ellos que él tiene por nosotros. En momentos de prueba o agitación, tenemos que cerrar la mente a las pasiones que desean dominarnos y fijar la mirada en la verdad que encierra su mandato, esa verdad que caracterizó la vida de Jesús: “Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros” (Juan 13, 34).
“Señor mío Jesucristo, concédeme fuerzas para amar a mis hermanos como tú los amas.”
Hechos 14, 21-27
Salmo 145 (144), 8-13
Apocalipsis 21, 1-5
fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros
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