Al despertar te rendimos todo honor y toda gloria,
Bendecimos y adoramos el Nombre Santo de Tu Hijo,
Los rayos del firmamento pregonan sutilmente Tu Gloria,
Tú eres el Santo, el Único Santo;
Tú eres el Rey.
Que Tu Unción baje hoy sobre cada uno de nosotros.
Que nada pueda alejarnos de Ti;
Que nada pueda quebrar el vínculo de amor que sembraste en nosotros;
Que la Fe crezca al amparo de Tu Gracia;
Que la esperanza no desfallezca por nuestras rebeldías;
Que la gratitud no se borre de nuestros labios y corazón;
Que la alegría no se aparte de nuestra carpa;
Derrama Padre Tu Espíritu sobre nosotros
Para que, santificados por Aquel que es Santo,
Al atardecer podamos proclamar Tu Fidelidad que no pasa,
Que permanece, que crece y nos hace uno Contigo.
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