Con Jesús por la mañana.
«Sí, Señor, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo. ¿Se animan a repetirlo? Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo» (Papa Francisco). ¿Das gracias por la Iglesia, por los sacerdotes, los consagrados, por tantos laicos que colaboran en ella? ¿De qué forma puedes contribuir a la construcción de la Iglesia? Ofrece tu día por la intención del mes y disponte a ponerte a su servicio. Piensa en una acción concreta a realizar, que manifieste tu amor por la Iglesia, para que en Ella se refleje cada vez más el rostro de Cristo.
Con Jesús por la tarde.
«Jesús les dijo: –Echad la red a la derecha de la barca y pescaréis. Así lo hicieron, y luego no podían sacar la red por los muchos peces que habían cogido. Entonces aquel discípulo a quien Jesús quería mucho le dijo a Pedro: –¡Es el Señor!» (Jn 21, 6-7). Los primeros en reconocer a Jesús resucitado son habitualmente los que más le aman. ¿Cómo está tu amor? Toma consciencia de que Jesús permanece en ti. Recuerda el propósito de la mañana.
Con Jesús por la noche.
Recuerda a las personas y agradece. Trae a la memoria las personas con las que has compartido hoy. ¿Qué te han dejado? ¿Cómo ha sido ese encuentro? ¿Qué le agradeces? Aún las situaciones difíciles nos dejan enseñanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario