Con Jesús por la mañana.
«Donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas. Aun en parroquias donde los sacerdotes son poco entregados y alegres, es la vida fraterna y fervorosa de la comunidad la que despierta el deseo de consagrarse enteramente a Dios y a la evangelización, sobre todo si esa comunidad viva ora insistentemente por las vocaciones y se atreve a proponer a sus jóvenes un camino de especial consagración» (Papa Francisco). ¿Rezas por las vocaciones? ¿Lo hace tu comunidad? ¿Puedes hacer alguna propuesta concreta en este sentido? Ofrece tu día para que surja en muchos jóvenes el deseo de entregarse totalmente a Dios.
Con Jesús por la tarde.
«En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.» (Mt 5, 13-16). ¿Eres luz para otros? Repite al ritmo de tu respiración: "Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor".
Con Jesús por la noche.
Agradece los encuentros. Trae a la memoria las personas que hoy encontraste. ¿Recuerdas algún encuentro de manera especial? ¿Qué te ha hecho sentir? ¿Qué conversación recuerdas especialmente? ¿Por quiénes quieres agradecer?
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