Al comenzar el día clamamos Tu Bendición,
Tu Persona sobre nosotros,
Tu Persona en nosotros,
Tu Persona con nosotros!
Tú eres la Bendición de cada día,
la Gracia que todo renueva y transforma,
que todo Santifica y sustenta.
Ven con poder y restaura la herida
que dejó el pecado,
Ven con poder y venda los corazones quebrados.
Ven y reconcilia nuestras enemistades internas,
nuestras distancias y enfrentamientos...
¡Ven porque lo antiguo ha pasado y lo nuevo ha comenzado!
¡Ven y manifiesta, ¿qué podemos hacer juntos hoy?
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