Si no unimos nuestras acciones a nuestra oración, en vano nos esforzamos.
Dijo un padre:
—Si no unimos nuestras acciones a nuestra oración, en vano nos esforzamos.
Y le preguntaron:
—¿Cómo unir nuestras acciones a nuestra oración?
Y respondió el anciano:
—Dejando de hacer todo eso por lo cual pedimos el perdón de Dios, porque cuando el hombre renuncia a hacer su voluntad, se reconcilia con Dios y Él acepta su oración.
(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a, revizuită, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 153)
fuente Doxología
No hay comentarios:
Publicar un comentario