Las virtudes representan los niveles de nuestra unión con Dios
La implantación de las virtudes en el alma no puede materializarse con el propio esfuerzo, sino solamente por medio de la Gracia, que es la poderosa acción de Dios devenida en la nuestra. Las virtudes, como apertura y relación perseverante del alma con Dios, no pueden enraizarse en nosotros si Dios mismo no se abre a nosotros en una comunicación de amor y fuerzas. En las virtudes, el Espíritu de Dios trabaja en nuestro sujeto como si se tratara de un sujeto único. Por este motivo, las virtudes representan los niveles de nuestra unión con Dios como un Sujeto amoroso. Tal es la razón por la cual el Espíritu de Dios es el alma de nuestras virtudes.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 172 la Sfântul Grigorie Sinaitul, Capete după acrostih, în Filocalia VII, Editura Humanitas, Bucureşti, 2007, p. 113)
fuente: Doxología
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