Señor, si quieres, Tú puedes purificarme. Preciso decirte que quiero y necesito ser purificado de las malas intenciones, de los malos deseos y pensamientos, de losmalos sentimientos que están amontonados y escondidos dentro de mí.
Quiero y necesito, Señor, ser purificado, es por eso que vengo a reconocer el tamaño de las lepras que hay en mí.
Estoy realmente suplicándote, rogando a Tu Corazón Misericordioso que tenga piedad y compasión de mí. Lávame, Jesús, purifícame, sobre todo, de ese orgullo, de esa pretensión y vanidad que se esconde bajo mis intenciones, de lo que hago.
Cúanto te necesito, Señor, cuánto deseo, preciso y quiero ser purificado, Señor!
Adaptación del original publicado por p. Roger Araujo
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