Con Jesús por la mañana.
“Para la Iglesia, ser misionera no significa hacer proselitismo; para la Iglesia, ser misionera equivale a manifestar su propia naturaleza: dejarse iluminar por Dios y reflejar su luz. Este es su servicio. No hay otro camino. La misión es su vocación: hacer resplandecer la luz de Cristo es su servicio" (Santa Teresa de Calcuta). ¿Cuál es tu misión de cristiano? Vivir al modo de Jesús allí donde estés, amando y sirviendo en tus ambientes, para que al verte lo vean a Jesús. Sirve con cariño a quienes compartan el día contigo y ofrece el día por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
“Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: Maestro, queremos ver una señal hecha por ti” (Mt 12, 38). Jesús acompaña tu caminar y se hace presente ¿Puedes reconocerlo? ¿Por dónde ha pasado Dios hoy en tu vida? Repite al ritmo de tu respiración: “Que a mi corazón le baste tu presencia Señor”, mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Repasa los acontecimientos. Trae a la memoria los acontecimientos vividos desde las primeras horas del día. NO juzgues, sólo pasa por el corazón lo que has vivido hoy como si fuera una película. ¿En qué acontecimiento reconoces a Dios presente? ¿En qué momento diste lo mejor de ti? ¿Qué te propones para mañana? Pide ayuda a Dios.
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