Toda espera tiene que ser dinámica, activa, no acomodada y perezosa. Debemos esperar el tiempo correcto de las cosas, pero no dejemos de luchar por la realización de nuestros sueños y metas. La parte de Dios siempre Él la hará... Hagamos la nuestra, y estemos preparados cuando nuestra victoria llegue.
p. Adriano Zandoná
Adaptación del original en portugués.
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