Dios y Señor nuestro Rico en Misericordia,
La Luz de la mañana que brilla sobre todo hombre
nos hace pregustar las gracias del tiempo que viene;
La Luz que resplandecerá cuando Tu Hijo vuelva,
La Luz que todo lo penetrará.
En nuestro presente, con sus cuotas de alegría y pesares,
de gozos y esperanzas, de anhelos no concretados,
de heridas nos cicatrizadas,
ven a visitarnos con la unción de Tu Espíritu Santo!
¡Ven y derrama lluvia abundante de Amor!
Derrámate Dador de todo Bien!
Llena con “Tu aceite” nuestros cántaros vacíos
Y séllanos con Tu impronta;
haz brotar en nosotros un canto de alabanza y acción de gracias,
porque Tu Amor es Eterno,
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