Hay un tiempo para todo y la vida tienes el suyo. Un tiempo para comenzar y otro para finalizar. Un tiempo para abrir y otro para cerrar. Llegamos al final del año y es tiempo de culminar, para abrir un nuevo año. Es tiempo para revisar lo vivido, para agradecer y proponer enmiendas para no repetir lo que no fue bueno. En la medida que aprendes a reconocer los logros y aciertos, los errores y equivocaciones vas construyendo un corazón más sabio. Cerramos este año 2016 con esperanza en el corazón. Rezamos juntos, como hermanos, en la Red Mundial de Oración del Papa. ¡Nuevos desafíos nos esperan y te esperan! Agradece al Señor este recorrido y ofrece todo lo que hoy vivas por las intenciones del Papa y para que seamos miles de hermanos rezando en esta red. ¡Feliz año nuevo!
Con Jesús por la tarde.
Con Jesús por la tarde.
«De su plenitud hemos recibido todos gracia tras gracia.» (Jn 1, 16). Tómate un tiempo para repasar este año. Aprende a cerrar ciclos. Repasa el tiempo vivido, los lugares recorridos y las personas con quienes has compartidos. Recuerda los acontecimientos más importantes, los que te han ayudado a crecer y agradece estar vivo. Repite al ritmo de la respiración «Gracias, Señor, por tanto amor…» mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche.
Con Jesús por la noche.
Agradece y entrega el día. Busca un lugar tranquilo, respira hondo y hazte consciente que estás en presencia de Jesús. Da gracias por el año vivido. ¿Cómo te sientes en este momento? ¿Qué hecho quedó resonando en tí? Tómate un momento. ¿Qué quieres entregar a Jesús en el año que empieza?
fuente El Evangelio en casa
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