Detente y piensa: ¿será que realmente existen personas que lanzan mal de ojos a otros?
Muchas personas me preguntaron: “¿Padre, el mal de ojos existe? Mi primer impulso es siempre responder que si Dios es esta con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Digo que, quien está debajo de Dios no tiene que temer. Pero, en el fondo, las personas continúan desconfiando de que ese mal de ojos exista. Pues bien, ¡existe! ¿A quién le gusta recibir una mirada malvada, envidiosa, rabiosa, de desprecio? Una mirada mala, siempre nos hace mal, nos incomoda, nos deja tristes.
Descubrí que la palabra “providencia” significa “mirada favorable”. La Divina Providencia es la mirada amorosa y llena de gracia y paz con que Dios no ve a cada uno de nosotros. Necesitamos tener esa visión beatífica todos los días. En el Cielo, seremos calentados por esa mirada de bendición. Pero ya aquí, en la Tierra, necesitamos vivir bajo el signo de la Providencia Divina, es decir, bajo la mirada favorable de Dios.
Imagino lo que fue para aquella mujer sorprendida en adulterio y que iba a ser apedreada. Jesús decretó: “El que no tenga pecado que tire la primera piedra”. La mujer ahí en el suelo, escondiendo su rostro, temblaba de miedo esperando la muerte. Pero la piedra no llegó. Ella tuvo la valentía de mirar hacia arriba cuando escuchó que Jesús dijo: “Mujer, ¿quién te condena? Ni yo te condeno. Vete y no vuelvas a pecar”. Imagino la mira que vio en los ojos de Jesús Misericordioso.
Podemos ir más lejos con nuestra imaginación. ¿Cómo habrá sido la mirada providente entre María y el niño Jesús? ¿Cómo habrá sido la mirada de María al visitar a Isabel? ¿Y cómo fue la mirada, llena de lágrimas, de María a los pies de la cruz? Son tantas miradas providentes, que no vale la pena gastar nuestro tiempo con miradas rabiosas, como las que vemos en la Televisión por ejemplo. Nos contagian con su mal. Mejor vivamos bajo la mirada de Dios. ¡Este es el camino de la felicidad!
Padre Joãozinho
Comunidad Canción Nueva
fuente y foto Portal Canción Nueva en español
adaptación
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