«Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme, son el incienso, el oro y la mirra que nos dan ánimo para vivir y el coraje para no decaer. El amor y la esperanza son las alas que nos levantan cuando hemos tropezado. Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás. Y podemos lograr lo que sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza. Con dulzura, respeto y con una buena conciencia”. (1 Pe 3,16). Si encendemos la llama de la esperanza y el fuego del amor, su luz radiante brillará en el nuevo año después de que se apaguen las luces de la navidad.» (P.S.Donoso Brand) Ofrece esta vigilia de la navidad por las intenciones del Papa. Pide la gracia que quieres conseguir en esta novena. Pregúntate, ¿Qué ofreces tú al Niño Dios en esta Nochebuena?
Con Jesús por la tarde.
Con Jesús por la tarde.
«Estando en Belén, le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada» (Lc, 2, 6-7). Hoy es día especial. Estarás con mucho trabajo disponiendo todo para la cena, pero no olvides que es el niño Jesús quién nacerá en tu corazón. Repite al ritmo de la respiración «Señor, que mi corazón sea tu albergue hoy”
Con Jesús por la noche.
Con Jesús por la noche.
Agradece y entrega el día. Busca un lugar tranquilo, respira hondo y hazte consciente que estás en presencia de Jesús. Da gracias por el día vivido. ¿Cómo te sientes en este momento? ¿Qué hecho quedó resonando en tí? Tómate un momento. ¿Qué quieres entregar a Jesús?
fuente El Evangelio en casa
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