«Dichosos los ojos que vean lo que vosotros veis»
He aquí, amados míos, que nos encontramos en este tiempo celebrado con tanto fervor y, como dice el Espíritu Santo, tiempo de favor divino (Is 61,2; Lc 4,19), período de salvación, de paz y reconciliación; tiempo ardientemente deseado hace muchos años a través de los deseos y aspiraciones insistentes de los antiguos patriarcas y profetas y que, finalmente fue visto por el viejo Simeón con gozo desbordante (Lc 2, 26s). Puesto que siempre se ha celebrado en la Iglesia con tanto fervor, también nosotros debemos pasarlo religiosamente en la alabanza y la acción de gracias dirigidas al Padre eterno por habernos manifestado su misericordia en este misterio.
obispo
Carta pastoral
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