Normalmente, caminamos muy bien hasta que aparece alguna enfermedad o algún problema. En ese momento, nuestras emociones hablan más fuerte, surgen todo tipo de preocupaciones, la inseguridad toma las riendas de nuestra vida, la ansiedad nos rodea, todo se transforma. Sin embargo, hermanos, debería ser la hora de la fe y de la confianza en Dios, que siempre nos acompaña y nunca nos abandona.Es el momento de pasar el "valle oscuro", pero sabiendo que hay un pastor que nos ama y nos cuida. Confía en Dios y en lo que Él tiene para ti. Aunque no entiendas el porqué de las dificultades por las que estés pasando, acéptalas, porque Dios está contigo en todos esos momentos. Siempre aceptemos la felicidad como un don de Dios. ¿Y la desgracia? ¿Por qué no la aceptaríamos? ( cfr.Job 2,10).Precisamos estar firmes en Dios siendo hombres y mujeres de fibra, los combatientes que enfrentan todas las dificultades que puedan surgir. El sufrimiento nos da el temple de los guerreros.Dios cuida de nosotros en todo momento, por esta razón no hay que desesperarse. Él sabe de nuestras necesidades, miedos y de todo lo que aflige nuestro corazón.Un combatiente no pierde la cabeza. El mantiene la sonrisa incluso en el sufrimiento, sabiendo que Dios actúa a su favor.
Tu hermano,
Monseñor Jonas Abib
Fundador de la Comunidad Canción Nueva
Adaptación del original en portugués
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