Apártate de las actividades para cerrar el día. Recupera la quietud y toma contacto con tu interior.
¿Cómo te encuentras en estos momentos? ¿Qué deseas agradecer de lo que has vivido? Recoge tus actitudes a lo largo del día y descubre los momentos en que has actuado con gratitud, con benevolencia, con positividad, con alegría y misericordia.
¿Cómo han sido tus conversaciones? Agradece los momentos en que has sido constructor de paz.
Ave María.
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