lunes, 10 de diciembre de 2018

Haz que tu cuerpo te vuelva a pertenecer

Nunca te has sentido completamente a salvo en tu cuerpo. Pero Dios quiere amarte en todo lo que eres: espíritu y cuerpo. Cada vez mas, has llegado a ver a tu cuerpo como un enemigo que hay que conquistar. Pero Dios quiere que seas amigable con tu cuerpo, de manera que pueda estar preparado para la resurrección. Cuando no eres totalmente dueño de tu cuerpo, no puedes reclamarle una vida eterna.


¿Entonces, cómo hacer que tu cuerpo vuelva a pertenecerte? Dejándolo participar en tu deseo más profundo de recibir y ofrecer amor. Tu cuerpo necesita ser sostenido y sostener, ser tocado y tocar. Ninguna de estas necesidades es para desdeñar, negar ni reprimir. Pero tienes que seguir buscando tu necesidad corporal mas profunda, la necesidad de amor genuino. Cada vez que puedes ir mas allá de los deseos corporales superficiales de amor, estas haciendo que tu cuerpo te vuelva a pertenecer y te estas acercando a la integración ya la unidad.

En Jesús, Dios se hizo cargo de la carne humana. El Espíritu de Dios cubrió a María, y en ella toda enemistad entre el espíritu y el cuerpo fue superada. Así, el Espíritu de Dios se unió al espíritu del hombre, y el cuerpo humano se transformo en el templo destinado a elevarse hacia la intimidad de Dios a través de la resurrección. A todo cuerpo humano se le ha dado una nueva esperanza, la de pertenecer eternamente al Dios que lo creo. Gracias a la Encarnación, puedes hacer que tu cuerpo te vuelva a pertenecer.

Henri Nouwen

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