«El sábado… enseñaba como un hombre que tiene autoridad»
cf. Mc 1, 21.27
cf. Mc 1, 21.27
Es un día de sábado cuando el Señor Jesús comienza a realizar curaciones, para significar que la nueva creación comienza donde lo antiguo se había parado, y también para señalar desde el principio, que el Hijo de Dios no está sometido a la Ley sino que es superior a la Ley, que no destruye la Ley sino que le da plenitud (Mt 5,17). El mundo fue creado por el Verbo, no por la Ley, como lo leemos: «por la Palabra del Señor los cielos han sido hechos» (Sal 32,6). La Ley pues no es destruida sino llevada a la plenitud, con el fin de renovar al hombre caído. Por eso el apóstol Pablo dice: «Liberaos del hombre viejo; revestíos del hombre nuevo, que ha sido creado según Cristo» (Col 3, 9s).
Por eso, es justo que el Señor comience a realizar sus obras en sábado, para mostrar que es el Creador..., continuando la obra que Él mismo había comenzado antaño. Como el obrero que está a punto de reparar una casa, comienza, no por los cimientos sino por el tejado; comienza a demoler lo que está arruinado... Liberando al poseso, comienza por lo menor para llegar a lo más grande: hasta hombres pueden librar del demonio - por la palabra de Dios, es verdad – pero ordenar a los muertos que resuciten, pertenece sólo al poder de Dios.
Ambrosio de Milán
Sobre el evangelio de Lucas: Dios continúa su obra
«El sábado… enseñaba como un hombre que tiene autoridad» (cf. Mc 1, 21.27)
n. 4, 57: SC 45, 174
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