domingo, 13 de enero de 2019

La vida

No es verdad que quien es de Dios está siempre bien y feliz en todo momento. Permanecer en Dios es un desafío para nuestro corazón tan ansioso y con las provocaciones de la vida.
La vida es muy exigente para todos y todos los días. Es necesaria la SERENIDAD delante de las olas que se agitan dentro de nosotros mismos. Somo provocados por nosotros mismos. Nuestros miedos, dudas, inquietudes, aquella soberbia que desequilibra nuestras emociones. Los sentimientos mal resueltos, que de la nada se transforman en resentimientos.
¿Y la vida?
Necesita ser vivida con equilibrio, pocas certezas y ningún odio. No necesitamos mostrar nuestras insatisfacciones e insanidades a todo el mundo, sino que asumiendo yo mismo mis límites y conociéndome mejor cada día, me equilibro más, juzgo menos y me vuelvo más paciente y tolerante con quien vive a mi lado.

Pe Roger Araujo

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