sábado, 19 de enero de 2019

Le hizo un hombre nuevo

Ambrosio de Milán«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos» (Mc 2,17)
Dice el apóstol Pablo: «Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre nuevo» (Col 3, 9-10). Ésta ha sido la obra que Cristo llevó a cabo llamando a Leví; le ha devuelto su verdadero rostro y ha hecho de él un hombre nuevo. Es también por este título de hombre nuevo que el antiguo publicano ofrece a Cristo un banquete, porque Cristo se complace en él y merece tener su parte de felicidad estando con Cristo. Desde aquel momento le siguió feliz, alegre, desbordante de gozo. 

«Ya no me comporto como un publicano -decía-; ya no soy el viejo Leví; me he despojado de Leví revistiéndome de Cristo. Huyo de mi vida primera; sólo quiero seguirte a ti, Señor Jesús, que curas mis heridas». ¿Quién me separará del amor de Dios que hay en ti? ¿la tribulación? ¿la angustia? ¿el hambre? (Rm 8,35). Estoy unido a ti por la fe como si fuera con clavos, me has sujetado con las buenas trabas del amor. Todos tus mandatos serán como un cauterio que llevaré aplicado sobre mi herida; el remedio muerde, pero quita la infección de la úlcera. Corta, Señor, con tu espada poderosa la podredumbre de mis pecados; ven pronto a cortar las pasiones escondidas, secretas, variadas. Purifica cualquier infección con el baño nuevo.» 

«Escuchadme, hombres pegados a la tierra, los que tenéis el pensamiento embotado por vuestros pecados. También yo, Leví, estaba herido por pasiones semejantes. Pero he encontrado a un médico que habita en el cielo y que derrama sus remedios sobre la tierra. Sólo él puede curar mis heridas porque él no tiene esas heridas; sólo él puede quitar al corazón su dolor y al alma su languidez, porque conoce todo lo que está escondido.»

Ambrosio de Milán
Sobre el evangelio de Lucas: Le hizo un hombre nuevo
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos» (Mc 2,17)
n. 5, 23. 27

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