Acoge el nuevo día y ofrece a Dios lo que vivas. “Yo os bautizo con agua. Pero está a punto de llegar alguien que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias; Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.” (Lc 3, 15-16.22-23).
“Al igual que en Belén, también a lo largo de las orillas del Jordán, Dios mantiene la promesa de hacerse cargo del destino del ser humano, y Jesús es el signo tangible y definitivo de ello” (Papa Francisco).
Haz memoria agradecida de tu bautismo, agradece el don de la fe.
Padre Nuestro…
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