Acoge el día que inicia, ofrece lo que vivas al Señor. “Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tiraría de él, el paño nuevo del viejo, y se produciría un desgarrón peor,” (Mc 2, 18-22).
Jesús te invita a una vida que renueve tus actitudes, a un seguimiento que haga tu corazón más parecido al suyo. La opción por Jesús y los hermanos lo compromete todo, el trabajo, la familia, los gustos, las diversiones, nada queda afuera de Dios.
¿Cómo es tu seguimiento? ¿Cuánto amas?
Padre Nuestro…
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