“La fragilidad humana y la codicia llevan con frecuencia a la corrupción, a la injusticia, a la pobreza y el hambre. Puede ser tentador que, en lugar de preocuparnos por los demás y compartir con ellos nuestros bienes, acumulemos dinero, comida y recursos naturales para nosotros, o nuestra propia nación o grupo étnico” (Del Documento Oficial).
En este cuarto día de oración por la unidad de los cristianos reflexiona ¿Cómo usas tus bienes? ¿Te reconoces administrador de bienes y talentos que te son dados para compartir con tus hermanos?
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