“Dios habla en nuestro corazón y nos enseña a discernir el mejor camino; basta callar y oír la voz interior. Así como hizo Pedro en aquel día en que Jesús le preguntó: “¿Y tú quien dices que Soy Yo?”. El calló, oyó la voz interior y el Espíritu Santo susurró en su corazón: “eres Jesús, el Mesías, el Hijo del Dios Vivo”. Pedro respondió correctamente. Por eso Jesús miró a Pedro y le dijo: “Feliz eres tú, Simón, hijo de Jonás, porque no fue un ser humano quien te reveló eso, sino mi Padre, que está en el cielo. Por eso tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del infierno nunca podrá vencerla. Te daré las llaves del Reino de los Cielos, lo que ates en la tierra será atado en el Cielo y lo que desates en la tierra será desatado en el cielo”. Todo porque Pedro supo oír la voz del Espíritu que hablaba en su corazón.
Cfr. Mt 16, 13-19
p. Joãozinho
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