Recibe el nuevo día que comienza agradecido en tu corazón y ofrece tu día por el desafío que nos da el Papa por la acogida generosa de las víctimas de la trata de personas, de la prostitución forzada y de la violencia. Se compasivo con el dolor, reza con tu vida por tus hermanos. “¿Ves algo?
Él alzando la vista, dijo: veo a los hombres, pero los veo como árboles que andan. Después, volvió a ponerle las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente” (Mc 8, 22-26).
Mira el dolor y actúa aliviando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario